Cómo llegué a hablar inglés con fluidez. Parte 1: Lo que me pasó en mi inmersión en China (3 minutos de lectura)

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Cómo hablar inglés con fluidez 

Parte 1: Lo que me pasó en mi inmersión en China

 

por Virginia Scherma, profesora de Español, Chino y Humanidades.

Cursando el Master Universitario de Formación de Profesores de Español, por la Universidad de Alcalá. En prácticas con Iberside, en colaboración con Synergy Didactics

3 MINUTOS DE LECTURA

 

 

 

Si estás leyendo este artículo es, probablemente, porque te gustaría hablar inglés con fluidez (o cualquier otro idioma); casi automáticamente. Y estoy segura de que alguna vez, a lo largo de toda tu experiencia en el aprendizaje de ese idioma, te has dicho: “¿estaré diciendo bien lo que quiero decir? Espera… voy a pensar mejor cómo lo digo”.

Es normal. A todos los que hemos aprendido un idioma nos ha pasado alguna vez. En mi caso, mi lengua nativa es el español y, desde pequeña, he estudiado inglés, aunque no lo utilizaba muy a menudo en mi país. Además, al igual que os habrá ocurrido a muchos de los que estáis leyendo esto, hace unos años se me ocurrió la brillante idea de estudiar otra lengua: en mi caso, el chino mandarín.

            Durante todos los años que estudiaba inglés, lo utilizaba de una manera muy básica y sistemática; ya que lo practicaba solo en las clases en las que lo aprendía. Esto también me ocurría con el chino. Ese primer año que tuve contacto con el idioma, solo lo ponía en práctica con mi profesora en el aula. Cada vez que lo hacía, bien fuera respondiendo a mi profesora o realizando alguna actividad oral, necesitaba unos minutos para pensar lo que iba a contestar, o qué palabras o expresiones usar. Y esto no solo me pasaba en el inicio de mi aprendizaje, sino también cuando ya poseía un nivel suficiente como para entablar una conversación.

 

“Con todo el tiempo que llevo estudiando, por qué no soy capaz de responder más rápido o responder como lo haría en español?”

 

            Mientras yo seguía pensando, reflexionando y volviendo a pensar cómo contestar de forma correcta y clara para que mis profesores me entendiesen; escuchaba y leía a diario: “Estudia con nosotros y serás bilingüe”. Estoy convencida de que os habréis encontrado también este mensaje en alguna ocasión. En la propia sociedad (incluida la española), el simple hecho de que para expresarte correctamente, tengas que dedicar un momento a pensar, puede estar mal visto. Y eso puede causarte cierta frustración. Obviamente no causa la misma a todos en la misma medida, pero sí te hace preguntarte: “Con todo el tiempo que llevo estudiando, por qué no soy capaz de responder más rápido o responder como lo haría en español?” Pues, desde mi propia experiencia te digo: ¡no te agobies, no es para tanto y tiene solución! De hecho, tiene dos, y ninguna es seguir ese mensaje típico de ilusión de bilingüismo.

La primera solución quizá esté ahora más fuera de tu alcance que nunca, pero confío en que pronto se te presente la oportunidad: viajar. A cualquier país donde puedas hablar ese idioma en tu día a día. Me refiero a eso que llaman inmersión lingüística. Sí, funciona. Lo he vivido y me ha ayudado muchísimo.

 

“Mucha gente cree que cuando hablamos fluidamente en otra lengua distinta a la materna, directamente estamos pensando en ella; pero no es así.”

 

            Hace un año, tuve la oportunidad de viajar a la universidad SISU en Shanghái. Alli fue donde pude, de verdad, hablar inglés con fluidez, y, obviamente, también chino. Fue algo que me sorprendió bastante porque, estando en China, supuse que hablaría más chino; pero no, hablé las dos lenguas por igual. El chino lo usaba con la gente de Shanghái y mis profesoras; y, el inglés, con mis compañeros y amigos. Pero lo que en realidad te quiero transmitir es cómo, con esta inmersión lingüística, pude hablar tanto en inglés como en chino sin tener que pensar; es decir, podía entablar conversaciones de forma natural, como si las estuviese teniendo en español. Debo reconocer que llegar a este punto me supuso más trabajo en chino que en inglés.

Te darás cuenta, cuando puedas sumergirte en una experiencia así, de que mucha gente cree que cuando hablamos fluidamente en otra lengua distinta a la materna, directamente estamos pensando en ella; pero no es así. Esto ocurre cuando convives durante cierto tiempo con esa necesidad de comunicarte constantemente en el idioma. De hecho, es curioso (y a la vez incluso bonito) cómo, cuando llegas a un país, te sientes un poco vulnerable porque, inconscientemente, piensas: “no voy a saber comunicarme”, “no me van a entender”. Pero, con el paso del tiempo (en mi caso fueron 6 meses de inmersión), poco a poco, vas manejándote en el entorno. Y no solo eso. Ya por necesidad, llega un momento en el que tu mente hace ‘clic’ y empiezas a hablar esa lengua que tanto has estudiado, sin pensar.

 

“Si no podéis viajar, no os preocupéis. También se puede llegar a hablar inglés con fluidez sin viajar. Para eso os quiero hablar de la segunda solución…”

 

            Recuerdo que “gracias al amor”, hablé fluidamente sin tener que pensar cómo se decía esto o aquello. Conocí un chico pakistaní, con quien me comunicaba en inglés y se convirtió en un gran amigo íntimo. Era una persona muy amable y con mucha paciencia conmigo, sobre todo, al principio, cuando tenía que pensar cómo decirle algo. Siempre le pedía perdón si cometía algún error gramatical o tenía que pensar cómo decir alguna cosa. Pero gracias a él, a mi esfuerzo y a continuas conversaciones sobre muchísimos y muy variados temas, cada día que le veía aparecer, mi mente hacía ese ‘clic’ y saludaba directamente en inglés. Dejaba a un lado por completo el español durante esas conversaciones. Y en ningún momento pasó por mi cabeza un pensamiento como: “¡Uy, estoy hablando en inglés sin tener que pensar lo que voy a decir!”. Y es entonces cuando lo has logrado.

            Pero esto no sucede de repente. En cada ocasión que tengas para hablar, debes aprovechar para comunicarte en esa lengua. Cometerás algún error que, por supuesto, es normal; y, asimismo, en algún momento necesitarás pensar qué y cómo decirlo.

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Es cierto que, para que este proceso sea más rápido o más lento, tu voluntad de querer mejorar es crucial; así como el nivel que poseas de esa lengua. Prometo un artículo pronto sobre las mejores formas que he encontrado en la red de tener una valoración sobre tu nivel real de inglés.

            Por eso, te animo enormemente a que viajes. En mi caso, ya sabes cómo me fue. Y, como te decía, si no puedes viajar, no te preocupes. También se puede llegar a hablar inglés con fluidez sin viajar. Para eso te quiero hablar de la segunda solución… Cómo hablar inglés pensando en español. Pero eso será en el próximo artículo… Y tú, ¿has vivido alguna inmersión lingüística?

 

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